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Miguel Bose y Bimba Bose - COMO UN LOBO











Miguel Bosé y Bimba Bosé
Entrevista
Cuestión de ADN
POR RAQUEL ROCA.

Coinciden en que la mujer más guapa del mundo era la ‘Nonna’ Francesca, les encanta demostrarse su amor en público e incluso cantan juntos. Tío y sobrina nos desvelan esos asuntos de familia que hacen a los Bosé únicos
A Miguel Bosé y a Bimba Los delata el caballete de la nariz, la seguridad en sí mismos, la forma almendrada de los ojos, la sátira de su mirada y la risa fácil. En esto, así como en su versatilidad artística, resultan idénticos. Tío y sobrina, además, decidieron cercenar sus nombres (Eleonora Salvatore y Miguel Dominguín) en pos de un apellido común: Bosé, que ahora aparece por partida doble en el disco Papito (Warner), donde celebran los 30 años que él lleva en la música con uno de los quince duetos que lo componen. Prestos a abrazarse delante o fuera del objetivo (es la primera vez que se fotografían juntos), entre ellos se genera una corriente de energía que, o te atrapa o te deja desoladoramente fuera. Lo más increíble es que con ellos, como canta el propio Miguel, lo que hay es lo que ves. Y es que, cuando uno sabe andar su propio camino el artificio no ha lugar.

Creo que el dueto junto a Bimba, Como un lobo, no se lo esperaba nadie. ¿Por qué este tema?
Miguel
Yo se lo propuse. Tendría que haber hecho otro, pero por problemas editoriales al final nos decidimos por éste. Nunca lo había compartido.

Bimba, ¿cantas habitualmente? Con ese potencial no me digas que sólo en la ducha...
Bimba
¡No es un secreto! Hice una colaboración con Rafa, de La Unión, en el disco Las botas rojas. Y también tengo una maqueta de cinco temas con mi grupo, The Cabriolets. Por cierto que si alguien quiere oírnos estamos en myspace.com.
Miguel Si es que desde los cinco años se la veía venir. Con esa edad cantó en directo en un programa mexicano y estuvo afinadísima. Por cierto que Bimba tiene la misma frecuencia en la voz que yo. Un calco. Es impresionante.

¡Y físicamente cómo os parecéis también! Dan ganas de jugar a las comparaciones. Por ejemplo... probemos con vuestras casas: ¿guardan similitudes?
Miguel ¡Ja! Buena pregunta porque (mira a su sobrina) yo aún no conozco tu casa...
Bimba Lo sé, lo sé. No te he invitado todavía, pero es que tiene un estilo con el que no estoy a gusto del todo. Vivo un momento de transición.
Miguel Es lo malo de pertenecer a una familia de nómadas. Las mudanzas ya no nos asustan. Es más: ¡una obra engancha a cualquier Bosé! Si pasa mucho tiempo sin que la hagamos nos entra un mono... (Ríen). De hecho, todo el mundo piensa que la mamma Lucia es una actriz y, en verdad, ¡es un albañil! (A Bimba se le saltan las lágrimas). Algo se nos pegó.
Bimba ¡A ti sobre todo! Está ahora haciendo obras en su casa de Somosaguas y ¿sabes dónde esta durmiendo? ¡En el garaje! (Más risas).

Me estáis tomando el pelo...
Miguel
No, de veras, lo sabe todo el mundo. Incluso estoy dudando si construirme ahí una casa o no. Tiene el espacio para dos coches y tampoco necesito mucho más.


"De Ava Gadner recuerdo sobre todo sus pies: eran preciosos. Le encantaban los niños y siempre jugaba con nosotros" Miguel Bosé


Demasiado pequeño para celebrar la salida de tu disco con Julieta Venegas, Ricky Martin, Alejandro Sanz, Leonor Watling, Shakira... Todos los amigos que participan en él.

Miguel Cierto... Y sí, todos son amigos. Para la mayoría de ellos, excepto Alaska y David Summers, también soy referente musical; por edad. Lo mejor de este disco es que, a diferencia de otros duetos, priman sus voces y no la mía.
Pese a la novedad de oír a otros artistas cantando tus temas, es inevitable sentir cierta nostalgia.
Bimba Sí, a mí también me pasa. Las canciones de Miguel son como de toda la vida, pero a veces pasas mucho tiempo sin oírlas y cuando lo haces te llevan al pasado.

Momento perfecto para saber cuál es el recuerdo más antiguo del otro al que podéis llegar.
Miguel
¡Yo estuve en el hospital cuando ella nació! De hecho, su madre, Lucía, tenía que subir en el ascensor cuatro pisos y, antes de llegar al cuarto, ¡Bimba estaba fuera!
Bimba (Ríe). Pero no cuentes eso...
Miguel ¿Por qué no? Es más, un día que la paseaba por la calle en una especie de cangurito, me hicieron unas fotos y aparecieron titulares en los diarios de Roma que decían: «El hijo secreto de Miguel Bosé». Increíble.
Bimba Pues yo de Italia no guardo recuerdos tuyos, todos son de Madrid. Siempre te vi como el pater. Está claro que Miguel ha sido el ídolo de toda la familia.

¿Corroboras ese papel de líder que te adjudica tu sobrina?
Miguel
Ah, sí. Me tocó.
Bimba Era el que movía el culo, vamos... (ríe).
Miguel Creo que en toda familia siempre hay un referente. Además, crecí en una casa llena de mujeres: Bimba, mis dos hermanas, mi madre, mi abuela, la tata...



"Ya he probado todo lo que me ofrecía la noche. Me hizo más hampón, pero no era lo mío" Miguel Bosé


¿Qué imagen atesoráis de cuando érais pequeños?

Miguel Las señoras primero, que yo soy más viejo y tengo que hacer más memoria (sonríe con malicia).
Bimba Vale, hay alguna tontería que me divierte recordar, como cuando mi hermano Olfo y yo hacíamos cochinadas con las lentejas, porque no nos gustaban. Es algo simbólico: en mi infancia había muchas risas.
Miguel Los mejores recuerdos que me trae a mí la infancia vienen del campo, de la finca de mi padre. Hay ciertos olores de los que no he querido desprenderme nunca: todavía uso un perfume de higuera.

No puedo evitar preguntártelo: ¿cómo era Ava Gadner?
Miguel
Lo que más recuerdo de ella son sus pies: eran preciosos. Iba vestida con esas faldas tan vaporosas, y se sentaba con nosotros a jugar. Le encantaban los niños. Creo que sufrió la maldición de la belleza porque, siendo tan guapa, nunca encontró la estabilidad emocional.
Fue novia de tu padre. ¿Eso no impidió la amistad?
Miguel
Qué va; Ava fue muy amiga de mi madre. ¡Lo más curioso es que se intercambiaron los novios! Mi madre salía con Walter Chiari, que acabó con Ava. La que me parecía hipócrita era la mujer de Picasso, Jacqueline Roque. Sólo nos hacía carantoñas si estaba mi madre delante.

Espero que Picasso no...
Miguel
Él era cariñoso de verdad. Nos hacía pintar, nos llevaba al cine... Era genial.

Tras mucho viajar habéis escogido Madrid. ¿Sois urbanitas?
Bimba
Vivo en el centro, me considero muy urbana. He echado raíces al crear una familia.
Miguel Yo, como buen hijo de torero, me he quedado en las afueras; en Somosaguas. Intenté vivir en el centro durante dos años pero necesitaba el aire.

¿Ésa fue la época en que tanto salías de noche?
Miguel
(Ríe). ¡Sí! Ésa fue mi época salvaje. Mi profesión era salir de marcha. En el 88 y 89 no hacía otra cosa: dejé de trabajar para dedicarme a golfear. Pero un buen día me levanté y me dije: «Nunca más».
(Ojos como platos). ¿Hasta hoy?
Miguel Prácticamente. Las veces que salgo lo hago con Bimba y su pandilla. Ya he visto y hecho todo lo que había que probar por la noche. Recuperé y tomé crédito (sonríe). Al principio yo no salía y mentía haciéndome gran conocedor de la noche, hasta que, por desamor, acabé de verdad en un bar. Ahí se desató mi pasión nocturna. Me hice más canalla y hampón, pero no era lo mío.
Bimba Yo no soy tampoco muy nocturna, pero cuando tengo la ocasión, ¡aprovecho!

¿No te ha cambiado la perspectiva de juerga el tener una niña aún tan chiquita?
Bimba Qué va, ¡yo creo que salgo más incluso! (ríe). Antes era más cerrada, como si no quisiera saber nada... Pero desde que apareció Dora, me he liberado de eso.

¿Os consideráis cariñosos con vuestra gente? Porque se os ve tan independientes...
Bimba
No somos de esas familias babosas que se besuquean sin parar, pero cuando nos vemos sabemos demostrarnos el cariño.
Miguel No tenemos mucha vida en común porque cada uno tiene su trabajo, su familia; nos hemos ramificado en muchos. Obviamente tenemos los lazos y la admiración por lo que hace cada uno. A Bimba es a la que más veo porque vivimos cerca.



"Las apariciones en los medios son una manera de eternizarme. Me siento parte del mundo" Bimba


Imagino que la mamma Lucia estará contenta de que hijo y nieta trabajen juntos.

Miguel Bimba toma ahora el relevo artístico, pero otra sobrina mía, que aún es más pequeña, Sofía, ¡también viene pegando fuerte! Toca el piano, baila; sólo ver cómo habla y se mueve ya te deja entrever que va a ser espectacular.
Bimba Sofía es la bomba, y mi hija...
Miguel Y su hija igual.
Bimba Se coge el micrófono de juguete y monta unos numeritos increíbles.

¿Continuará pues la saga?
Miguel Segurísimo.

Hablando de gente con arte, ¿qué tiene
David Delfín que os ha conquistado a los dos?
Miguel
Independientemente de los lazos de amistad que nos unen (Bimba es la mujer de Diego, cuñado de David Delfín) su equipo es de los más creativos que hay en Europa. Funcionan como una piña y saben ramificarse muchísimo: moda, gráfica, fotografía... Es un equipo que me aporta más de lo que yo les doy.
Bimba ¡Qué modesto! (ríe). Todo ha ido sobre ruedas porque es la leche trabajar con este personaje (señala a su tío). Es un lujo estar junto a Miguel.

¿Qué es lo que te fascina tanto?
Bimba La capacidad que tiene de renovarse y de proponer novedades. En cada proyecto que lanza nos enseña algo nuevo.

¿Sois afines en cuanto a gustos
estéticos? Miguel fue de los primeros hombres en llevar falda y Bimba en ponerse camisas de hombre... ¡como vestido!
Miguel
Sí, qué casualidad. Por cierto que las faldas para hombre no tuvieron ningún éxito. Bimba Recuerdo una tuya negra como de caucho, preciosa.
Miguel La asociación con el diseñador Francis Montesinos fue un momento fantástico, nos interpretamos muy bien. El otro día justo estaba pensando que voy a volver a recurrir a las faldas. Nunca he llevado nada tan cómodo. De ahí pasé, tiempo después, a las torerillas.

¿No os da la sensación de que se ha perdido en parte esa valentía al vestir?
Bimba Sí, se ha perdido el gusto de arreglarse para salir; lo informal ahora vale para todo. Sería interesante recuperar eso.
Miguel Yo reconozco que me están entrando ganas de volver a divertirme vistiendo, aunque ya no podría regresar a esos años tan salvajes en los que en mis giras llevaba una maleta llena de faldas. ¡Era una esclavitud! Y muy aparatoso. Cuando viajaba parecía Elizabeth Taylor. (Ríen). Eso me recuerda que ayer estuvimos haciendo unas fotos con un kimono de Alexander McQueen, espectacular, que me compré en Nueva York cuando pesaba 104 kilos.
Bimba ¡Hala! (mira asombrada).
Miguel Sí, sí, ríete, pero ese kimono fue el mayor estímulo para empezar a adelgazar.

¿Pero qué te pasó? Viéndote ahora parece mentira que llegaras a, ejem, pesar tanto...
Miguel
Cuando me pongo a componer me dejo crecer el pelo, la barba... Me desatiendo absolutamente. Mi relación con los espejos no existe y paso corriendo por delante de ellos. Después paro, se me va el ansia y vuelvo a recuperarme a mí mismo. Pero a lo que iba: tampoco es que hoy en día haya muchas ocasiones en las que poder vestirse bien
.



¿Y esas grandes fiestas en las que ya no se te ve? ¿Te cansaron?
Miguel ¡Me encantan! Es cierto que muchas veces te da pereza hasta el último momento, pero cuando salgo, me apetece rodearme de glamour.
Bimba Uy, cuidado Miguel, que estás abriendo la veda a tu pregunta más comprometida...

No voy a preguntar nada sexual. (Ríen). ¿Cuando se publica algo sobre vosotros sentís que se os roba parte de la identidad?
Bimba No, yo me siento parte del mundo; las apariciones en los medios son una manera de eternizarme.

Sí. De algún modo habéis solucionado en parte ese anhelo llamado inmortalidad.
Bimba Sí, puede ser. Todos los seres humanos soñamos con ser inmortales, ¿y qué manera hay más fácil que siendo artista? Por eso creo que lo mínimo es ser generoso con el mundo y dar parte de ti si te lo piden.
Miguel Si sales en los medios, sales. Pero también tienes la opción de no hacerlo. Nuestra familia entiende que tiene una parte pública, por trabajo, en la que ponemos el alma, pero que no es orgiástica.
Bimba Yo creo que no se demanda tampoco de nosotros ir más allá de lo razonable.
Miguel Lo difícil es discernir hasta dónde llega tu yo público. Además, si no...
Bimba ...¿qué gracia tiene?
Miguel Exacto. El misterio es algo que sujeta mucho a un personaje. Y, en el fondo, la faceta pública es un 5% de nuestras vidas.

¿Habéis tenido que pedir consejo a vuestras madres para capear un temporal mediático?
Miguel ¡Al revés! A mí me llamó mi madre una vez a Estados Unidos diciéndome: «Haz algo, Miguel, no puedo vivir así». Descubrí que la prensa comentaba que yo estaba terminal en un hospital de Madrid. ¡Y me encontraba en Nueva York! (ríe). En ese caso no fue «¡mamá!», sino «¡hijoooo!».

Por vuestro trabajo, ¿tenéis que lidiar en climas a veces áridos?
Miguel Si en mi curro se crea hostilidad la culpa es mía. Yo soy el dador de trabajo y por tanto el responsable. ¡Uf! Tener que depender de otra persona, que me dieran órdenes, qué mal lo llevaría.
Bimba Es que tú has nacido líder.
Miguel (Asiente). Sólo me adapto a otros cuando el entorno es muy rico y me alimenta. Ahí sí puedo pasar de ser capo a soldado. Pero si se generan tensiones, ¡el hijo de puta soy yo! (ríen).
Bimba Yo no he encontrado mal ambiente en general; y si me he cruzado con alguien complicado le he dado un rapapolvo con un «quítate la tontería».

Si os enfadáis, ¿dais miedo?
Miguel
Yo lo llamaría carácter fuerte. En esta familia no hay nadie con una personalidad... templada (se sonríen). Nuestras reacciones te pueden dejar helado o ¡carbonizado! Es que cada nueva generación tiene que sobrevivir a sus progenitores.

¿Os habéis dado cuenta de que, al final, acabamos repitiendo los roles de nuestros padres?
Bimba Es inevitable. Durante los primeros siete años de tu vida estás chupando esa información. Eso no quita que haya que esforzarse para mejorar.
Miguel La peor cosa que he hecho en mi vida fue juzgar a mi padre porque yo acabé siendo peor. Me bastó abrir la boca... (guarda silencio).
Otra cosa heredada es la belleza. ¿Creéis que eso os ha estigmatizado alguna vez?
Miguel Creo que jamás he sentido esa preocupación por ser guapo. Al revés, todavía hoy si recibo algún piropo me sonrojo. Si a la gente le gusta la cara que tengo, estupendo, pero hay personas guapas a patadas en la calle. En todo caso nosotros tenemos... un cierto atractivo, pero que sale de dentro.

De Bimba dijiste: «Con mi sobrina se demuestra que la raza mejora». ¡Qué piropazo! ¿Cómo os definiríais el uno al otro?
Bimba Jo, qué difícil... Sí puedo dar la primicia de que no le gusta nada que le llamen «tito». (Carcajadas).
Miguel ¡Imagínate! El bandido de su hermano lo hace para tomarme le pelo.
Bimba Ahora en serio: lo que más admiro de él es que es un hombre inquieto, curioso, que está siempre a la vanguardia.
Miguel Para mí Bimba es la autoridad. No sé muy bien cómo explicarlo; es la determinación. Y es bella, íntegra, espléndida.
Bimba Gracias por esas palabras.

Reportaje completo en la edición impresa [ ELLE nº 246 ].